El sueño misionero de Don Bosco sigue cumpliéndose
Don Bosco hizo realidad hace ahora 150 años su sueño misionero: enviar al otro lado del mundo a los salesianos para acompañar y educar a menores y a jóvenes en situación de vulnerabilidad.
Esta es la carta que hoy, 11 de noviembre, nos ha enviado Fernando García Sánchez, inspector SSM:
Queridos hermanos:
La memoria agradecida de aquel 11 de noviembre de 1875 se convierte en un estímulo para vivir con alegría nuestra vocación salesiana. Hace 150 años, la santidad de Don Bosco fue un motor para que hubiera personas que desearan contar con trabajadores tan capaces y tan santos. Esta fue la realidad que Don Rúa, años más tarde, convirtió en deseo para toda la congregación: que la santidad de los hijos sea la prueba de la santidad del padre.
Don Bosco inflamó de entusiasmo misionero a los jóvenes, a los ancianos y a todo el entorno de la congregación. Era el entusiasmo por llevar el nombre de Dios, por hacer el bien y por expandir un carisma que hemos recibido de Dios con admiración y gratitud.
Los 10 primeros salesianos
Hoy, aquellos 10 primeros misioneros salesianos hicieron en Argentina lo que habían aprendido a hacer en Valdocco. Antes de dar el salto a tierras lejanas, habitadas por pueblos no evangelizados, cambiaron el ambiente de lugares fuertemente influenciados por la ideología y por el alejamiento de la fe, y lo hicieron con la gracia de Dios y con la fuerza educativa del sistema preventivo. Ayer como hoy, el carisma salesiano tiene una fuerza transformadora cuando se vive con autenticidad y credibilidad, con audacia, con fervor y con alegría.
Hoy, en nuestra inspectoría contamos con un centenar de salesianos que han tenido alguna experiencia misionera en sus vidas. Es un don de Dios para una inspectoría; es un motivo tanto para el agradecimiento como para relanzar nuestro compromiso vocacional, porque no celebramos un acontecimiento de museo, sino un carisma vivo que necesita seguir inculturándose para llevar a Dios a los jóvenes de hoy, a las personas que sufren, a las periferias existenciales que existen en la actualidad en nuestras casas.
Los recuerdos que Don Bosco dio a aquellos 10 primeros misioneros en la basílica de María Auxiliadora son un referente para agradecer, repensar y relanzar nuestra vocación misionera salesiana. Los tenemos a mano porque acompañan el texto de nuestras Constituciones. Os invito a meditarlos y actualizarlos. Son las palabras que Don Bosco dirigió a sus hijos que partían y, por tanto, condensan su pensamiento, sus preocupaciones y su espiritualidad de lo concreto.
Damos gracias a Dios porque somos una congregación misionera y porque el espíritu salesiano sigue presente en la vida de muchas personas.
Recibid un abrazo fraterno.
Fernando García Sánchez
Inspector SSM
0 comentarios