El Adviento es el tiempo litúrgico que precede a la Navidad.
1. ¿En qué momento del año se vive?
El Tiempo de Adviento se caracteriza por inaugurar el año litúrgico, en él la Iglesia marca el curso del tiempo con la celebración de los principales acontecimientos de la vida de Jesús y de la historia de la salvación.
Tiene una duración de cuatro semanas y comienza con las primeras vísperas del domingo más próximo al 30 de noviembre hasta las primeras vísperas del 25 de diciembre.
2. ¿Qué es lo característico de este tiempo litúrgico?
El Tiempo de Adviento se considera un “tiempo fuerte” en el año litúrgico porque nos ayuda a prepararnos para recibir al Señor en la Navidad, nos orienta a acrecentar la esperanza en la segunda venida de Cristo, y nos recuerda su presencia continua en la Eucaristía.
La Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida.
La preparación que nos propone la Iglesia durante el Adviento se concreta en un itinerario de conversión personal.
A su vez, se trata de un momento de espera confiada en el Mesías. Esta esperanza se funda en que
“el Señor siempre viene, siempre está junto a nosotros. A veces no se deja ver, pero siempre viene. Ha venido en un preciso momento histórico y vendrá al final de los tiempos como juez universal”.
3. ¿Cuál es el papel de Santa María en el Adviento?
Durante el año, la Liturgia nos recuerda la intercesión de Santa María en favor de todos los fieles, y el tiempo de Adviento no es una excepción.
La Virgen Santísima “brilla en nuestro camino como signo de consuelo y de firme esperanza” para hacer del Adviento una verdadera preparación para recibir al Niño Jesús.
La fiesta de la Inmaculada nos recuerda que la Santísima Virgen es imagen de lo que estamos llamados a ser: “santos e inmaculados”.
La Virgen asiste a sus hijos en la Iglesia a recorrer su camino de conversión al que invita el Adviento.
Por otra parte, Nuestra Señora es también ejemplo de esperanza: una perseverante confianza en Dios que se vuelca en el servicio a los demás.
4. ¿Cómo se refleja el Tiempo de Adviento en la Santa Misa?
Este tiempo de preparación para la venida del Mesías cobra vida en la Liturgia de la Santa Misa, ya que “la liturgia nos lleva a celebrar el nacimiento de Jesús, mientras nos recuerda que Él viene todos los días en nuestras vidas, y que regresará gloriosamente al final de los tiempos”
Las lecturas del Adviento están orientadas a presenciar los momentos de la historia de la salvación en los cuales el Señor reanima la esperanza de los que creen en su venida y les invita a la vigilancia y a la penitencia.
5. ¿Cómo nace este tiempo litúrgico? ¿Cuál es su origen?
La Iglesia empezó a partir del siglo IV a vivir el Adviento como un tiempo distinto al resto del año litúrgico. Se inició en Hispania y las Galias como preparación ascética y penitencial para las fiestas de Navidad.
El Adviento romano fue adquiriendo mayor significado con el tiempo de modo que, además de preparación para el nacimiento del Señor, es también tiempo de esperanza gozosa de su retorno al final de los tiempos.
6. Diferentes costumbres durante el Adviento
La piedad popular se ha manifestado de diversos modos en cada cultura. Con el inicio del Adviento los fieles ponen en práctica diversas costumbres que los ayudan a prepararse para meditar los misterios de este tiempo litúrgico.
Una costumbre que está muy difundida es la corona de Adviento. Otro modo de preparar el nacimiento del Señor es poner un belén. Las familias cristianas conservan la tradición de representar en sus hogares el misterio de la Natividad de Jesús a través de figuras.
Ante estas escenas las familias se reúnen a rezar y cantar villancicos y se convierte en el escenario para otros actos de piedad.
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