Decálogo para el verano, es una reflexión cálida que te ofrezco para que puedas vivirla más plenamente, con gozo y alegría.
Ha llegado el verano, la ápoca del descanso, lo que quiere decir un tiempo para reponer fuerzas, descubrir horizontes, adivinar nuevas rutas.
Acaso en nuestra agenda personal sea bueno colocar unos puntos para estos meses veraniegos, algo así como un
decálogo para el verano.
1º Considera cada amanecer como un momento maravilloso para ofrecer nuestra vida a Dios, para escuchar su Palabra, para cumplir su voluntad. Dar gracias por la vida.
2º Planifica cada jornada, con tiempo para todo: para el trabajo, para el estudio, para la lectura, para la oración, para el descanso.
3º Visita a Jesús en el sagrario, “puerto de amarre” para los creyentes, manantial de dones y de gracias para calmar nuestra sed.
4º Descubre horizontes, enciende ilusiones, consigue metas.
La vida no podemos encerrarla entre cuatro paredes, sino abrirla de par en par para que entre la luz y el aire fresco.
5º Cultiva la vida familiar: conocerse más, dialogar mejor, estrechar los lazos del amor y de la unidad.
Las crisis familiares exigen mayor dedicación para conocer sus causas y buscar soluciones.
6º Cuando goces del mar en la playa o de la montaña o del campo solitario, no te olvides del firmamento, de la infinitud, de ese “más allá” que nos espera en diferido y que, con frecuencia, oultamos a nuestros proyectos personales.
7º Llena tus manos y tu corazón de gestos hermosos, sacrificados; anota en tu alma paisajes nuevos, graba estos nombres, esas personas que se cruzaron en tu camino, en esos “encuentros casuales”.
8º No te olvides de soñar despierto. Soñar forma parte de nuestras miradas infinitas.
El que sueña, busca; el que busca, encuentra, y aunque no consiga lo que quiere, siempre se encontrará consigo mismo, que es uno de los “encuentros” básicos, vitales, trascendentes.
9º Cultiva la “cultura samaritana”. Haz el bien y no mires a quién…
10º Sé feliz en todo momento.
Y recuerda: “Felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino amar lo que uno hace”.
Feliz verano…
Ángel Tovar Martín, SDB
Ángel muchas gracias por este bonito decálogo o guía para el verano.
Como ya sabes que algo de «marino» tengo, quiero decirte que me ha gustado mucho lo del PUERTO DE AMARRE, que todos tenemos en el sagrario.
Un decálogo cálido y a la vez refrescante por venir de muy cerquita del rio Miño. Son unos consejos útiles, pero creo que la gente en general no está por la labor. Yo creo que la gente se aburre y malgasta mucho tiempo. Y la vida espiritual en este tiempo da un gran bajón. Por un lado hay más convivencia familiar, pero por otro hay muchos más roces y peleas y no solo entre los niños. A la gente les iría muy bien que leyeran este DECÁLOGO que Ángel nos regala y cumplieran algún punto del mismo.