Una realidad distinta que nos trae muchas preguntas.
─iQué ajetreo!
─iQué jaleo!
─¿Por dónde tengo que entrar?
─¿Tengo que seguir las flechas o las señales de pisadas?
─¿Cuál es mi escalera de bajada?
─¿En qué zona del patio tengo que hacer el recreo?
Estas preguntas y algunas más son las que un alumno de hoy día se hace cada mañana al salir de casa para llegar al colegio, por cierto, un cuarto de hora antes porque la distancia le obliga a hacer una fila para entrar, dejando el metro y medio con el compañero que está delante.
Una realidad distinta que pone obstáculos.
Dificultades sí, pero ganas de superarlas también.
Ahora que nos miramos a medias, tenemos que aprender a sonreír y, como dice el Papa Francisco:
hay que saber sonreír con los ojos.
iOh, los ojos! No me había fijado mucho en los ojos.
Por cierto, mira que son bonitos esos ojos azules, verdes, grises, castaños, negros azabache y, también, los hay pillos, serenos, preocupados, radiantes, sospechosos, elucubradores y enamorados…
Intenté sonreír con mis ojos y estuve haciendo muecas delante del espejo y casi lo he logrado, pero no se refiere a eso.
Si los ojos siguen siendo el espejo del alma, quiero fijarme en las almas que en sus ojos reflejan el sufrimiento, necesitan amistad, desean ser acompañados en la soledad, buscan una ayuda y suplican comprensión.
Todas estas personas necesitan la sonrisa de la vida, del optimismo.
Para lograr esta actitud tan salesiana, nuestro Consejo lnspectorial ha lanzado este eslogan para el presente curso:
Algo nuevo está brotando
Una realidad distinta que exige algo nuevo.
Sí, algo nuevo tiene que brotar de esta situación tan negativa, pero el brotar nos insinúa que tenemos que sembrar.
Si siembro trabajo, recogeré éxitos, si siembro servicio, disponibilidad y entrega, recogeré amor y si siembro amor recogeré felicidad.
Vamos a sembrar
Una realidad distinta que exige optimismo.
Optimismo en medio de tantas dudas, tantos malos augurios, tantas cifras económicas apocalípticas.
Fraternidad con la encíclica del Papa que es su legado para este mundo herido por la pandemia y las guerras.
Servicio: busquemos a los otros, conectemos con su realidad, con su problema y tratemos de empatizar con ellos.
Alegría:
Es la nota de salesianidad que puede ponerse en la sociedad de nuestros días.
Servid a Dios con alegría
Dando esperanza e impartiendo con sencillez y bondad.
Con el comienzo de las actividades, en todos los ámbitos hacemos proyectos y programaciones, pretendemos superar al tiempo adelantando circunstancias, pero el tiempo trae otros aires que nos dan de frente y esa es la realidad.
Vivamos la realidad de cada día con la esperanza cristiana, base del optimismo y el entusiasmo y usemos estas armas para construir.
Siempre con ánimo de ver lo positivo en todo, aunque sea una realidad distinta.
Lorenzo Ramos Hernóndez
Precioso me encantó