San Antonio de Padua

Autor: Jesús Muñiz González
On 13 junio, 2022

San Antonio de Padua, también conocido como san Antonio de Lisboa, se celebra hoy, 13 de junio.

Este popular santo nació en Lisboa el 15 de agosto de 1195, y falleció en Arcella, junto a Padua, Italia, el 13 de junio de 1231.

Fue un sacerdote de la Orden Franciscana, predicador, teólogo  y doctor de la iglesia católica.

Por su capacidad de prédica fue llamado “Arca del Testamento” por Gregorio IX.

Las citas bíblicas de sus sermones son mas de seis mil, lo que justifica el título de doctor evangélico. ​

Sus predicaciones alcanzaron un éxito notable y fueron recogida con el lenguaje propio de la época en Assidua, la primera biografía de Antonio de Padua de autor anónimo:

“Reconducía a la paz fraterna a los desavenidos, […] hacía restituir lo sustraído con la usura y la violencia […]. Liberaba a las prostitutas de su torpe mercado, y disuadía a ladrones famosos por sus fechorías de meter las manos en las cosas ajenas […]. No puedo pasar por alto cómo él inducía a confesar los pecados a una multitud tan grande de hombres y mujeres, que no bastaban para oírles ni los religiosos, ni otros sacerdotes, que en no pequeña cantidad lo acompañaban.” Assidua 13, 11-13

Es uno de los santos más populares y su culto se encuentra extendido universalmente.

Educación y entrada en la vida religiosa.

Se educó en la escuela catedralicia local.

Ingresó en la abadía agustina de San Vicente, en las afueras de Lisboa

Estudió las Sagradas Escrituras y teología de algunos doctores de la Iglesia. En 1210 fue al monasterio de Santa Cruz en Coimbra, para continuar sus estudios.

Hacia 1219 conoció a la pequeña comunidad franciscana de Coimbra, establecida poco antes en el eremitorio de Olivais.

Se sintió atraído por su modo de vida fraterno, evangélico y en pobreza. Cuando llegaron restos de los primeros mártires franciscanos, muertos en Marrakech, decidió ingresar en la nueva orden.

Fray Juan Parenti, provincial de España, presidió la sencilla ceremonia de toma de hábito franciscano (verano de 1220), en la que cambió el nombre de Fernando por el de Antonio (el eremitorio de Olivais estaba dedicado a San Antonio Abad), símbolo de su cambio de vida.

Partió para Marruecos y allí contrajo la malaria; convaleciente todo el invierno, se vio obligado a abandonar el país.

Su intención era llegar a las costas españolas y desde ahí volver por tierra a Portugal.

Una tempestad llevó el barco en que viajaba hasta Sicilia.

Permaneció algún tiempo en Milazzo (al noreste de la isla), con una comunidad franciscana.

En junio de 1221 asistió al capítulo de su orden en Asís («capítulo de las Esteras», que convocó a tres mil franciscanos).

Conoció a San Francisco de Asís y decidió no regresar a Coimbra para ponerse al servicio de fray Gracián, provincial de la Romaña.

La convicción, cultura y talento de Antonio como predicador se mostraron por primera vez en Forli en 1222.

Pronto se divulgó la noticia de la calidad de sus sermones, y Antonio recibió una carta del propio Francisco con el encargo de predicar y de enseñar Teología a los frailes.

Luego, fue comisionado por el mismo Francisco para luchar contra la propagación de la herejía cátara en Francia.

Más tarde Se trasladó a Bolonia y a Padua.

Sus mensajes desafiaban los vicios sociales de su tiempo, en especial la avaricia y la usura.

La multitud de gente que acudía a escuchar las predicaciones diarias le obligó a abandonar las iglesias para hacerlo al aire libre.

Enfermó y después de la Pascua de 1231, se retiró a la localidad de Camposampiero, con otros dos frailes para descansar y orar.

Allí vivió en una celda construida por él mismo bajo las ramas de un nogal.

Poco después, decidió retornar a Padua.

Ya en las proximidades, se detuvo en el convento de las clarisas pobres de Arcella donde murió el 13 de junio de 1231, a la edad aproximada de 35 o 36 años.

La Basílica de San Antonio de Padua alberga el sepulcro con sus restos mortales.

El 16 de enero de 1946, el papa Pío XII proclamó a san Antonio “Doctor de la Iglesia”, bajo el título especial de “Doctor evangélico”.

Orador sagrado, fundador de hermandades y de cofradías, teólogo y hombre de gobierno, San Antonio de Padua dejó varios tratados de mística y de ascética; todos sus sermones fueron publicados.

Un año después de su muerte fue canonizado, y su culto, muy popular, se generalizó a partir del siglo XV.

Su representación más valiosa se debe a Goya, quien lo plasmó en los frescos de la Ermita de San Antonio de la Florida.

San Antonio de Padua está considerado como el santo que ayuda a encontrar los objetos perdidos, vela por los solteros y protege a los hijos.

Se encontraba en Bolonia como maestro.

Un día, uno de sus alumnos le robó su libro de Salmos sin que se enterara. Tanto si lo había perdido, como si se lo habían robado, pensó en la misma solución: rezó para encontrarlo

Finalmente, el joven se lo terminó devolviendo. Ese libro se conserva en la actualidad en el convento franciscano de Bolonia. Desde entonces, los creyentes rezan al Santo de Padua para encontrar objetos perdidos.

Otra de las ayudas que se atribuyen a San Antonio de Padua es su intercesión para la conversión. Es patrón de albañiles, papeleros, viajeros y pobres. También es un buen aliado para los solteros, que le piden encontrar pareja y poder casarse.

El «Pan de San Antonio»

Durante su festividad, en las iglesias que llevan su nombre, se reparte el llamado «pan de San Antonio»

El sacerdote explica la relación del origen de este gesto de caridad con un milagro de San Antonio de Padua.

«El nacimiento de esta tradición se remonta a uno de los milagros del santo que tuvo como protagonista a Tomasito, un niño de 20 meses que se ahogó en un pozo de agua. La madre, desesperada, invocó la ayuda del santo e hizo una promesa: Si obtenía la gracia – de que su hijo salvase la vida -, iba a darle a los pobres el mismo peso en pan que el peso del niño. Y el pequeño, milagrosamente, volvió a la vida”, según cuenta Aci Prensa.

La devoción a San Antonio de Padua y la promesa de la mujer se mantienen vivas en muchas parroquias.

San Antonio de Padua, Doctor de la Iglesia y patrono de los pobres solía decir:

«Si predicas a Jesús, Él ablanda los corazones duros; si lo invocas, endulzas las tentaciones amargas; te ilumina el corazón, si piensas en Él, ; si lo lees, te sacia la mente».

León XIII lo llamó «el santo de todo el mundo», porque su imagen y devoción se encuentran por todas partes.

Escribió sermones para todas las fiestas del año

«El gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer, pero no vivir de acuerdo con lo que se cree»

«Era poderoso en obras y en palabras.  Su cuerpo habitaba esta tierra, pero su alma vivía en el cielo», según un biógrafo de ese tiempo.San Antonio de Padua

Recuerdo en 1988 cuando fuimos a Padua. Llegamos unos minutos antes de las seis a la Basílica para visitarla. Allí, un fraile muy severo nos echó fuera porque se cerraba a las seis.

La cena estaba prevista en un restaurante en las afueras. Se trataba de una gran casa de campo, que la familia propietaria explotaba como restaurante.

La cena fue estupenda y enseguida afloró esa alegría salesiana que iba con nosotros. Ya se había olvidado el incidente de la Basilica.

Al poco ya estábamos cantando muy alegres y de manera espontanea se nos unieron los miembros de aquella familia. Terminamos en una fiesta fraternal, todos mezclados. La familia completa, padres, hijos y nietos salieron afuera para despedirnos.

Lo cierto es que después de todo nos quedó un buen recuerdo de nuestra visita a Padua.

Si no pudimos sentir a San Antonio de Padua en la Basílica donde reposan sus restos, si en los corazones de aquella familia paduana que se unieron en fraternal abrazo con nosotros.

Bibliografía.

Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de San Antonio de Padua». Wikipedia. Ecclesia. Aci Prensa. Catolic Net. Butler. Vida de los Santos. Salesman, P. Eliécer,  Vidas de los Santos. Sgarbossa, Mario y Luigi Giovannini – Un Santo Para Cada Día.

JesúsJesús Muñiz González

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Comentarios

2 Comentarios

  1. Alejandro Martínez García

    Bonito artículo, espero visitar Padua en algún momento

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    • Nerys

      Muy buenas explicaciones, gracias

      Responder

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