Septiembre de 2021

Autor: Colaboración
On 6 septiembre, 2021

Septiembre de 2021: A mis hermanos salesianos y a todos los miembros de nuestra Familia Salesiana

Salí por la mañana temprano  hacia Chieri;  al atardecer del mismo día entré en el seminario. Después de saludar a  los superiores y  arreglarme la cama, me dediqué a pasear con mi amigo  Garigliano por los dormitorios, los corredores y finalmente por el patio. Alzando los ojos hacia el reloj de sol, descubrí este verso: ‘Las horas pasan lentas para los afligidos, veloces para los que están alegres‘. He aquí, dije al amigo, nuestro programa: estemos siempre alegres y correrá deprisa el tiempo.

Juan Bosco tenía veinte años cuando entró en el Seminario de Chieri.

El nuevo lugar suponía un cambio radical respecto a la intensidad de la vida que había llevado hasta entonces.

Cierto es que en esos años de seminario, encontró situaciones que no fueron de su agrado, pero en lugar de la queja o el lamento optó por vivir con pasión cada momento y aprender de todo cuanto le pasaba para continuar con la búsqueda vocacional que estaba realizando.

Esa pasión atravesó toda su vida, desde la juventud a la ancianidad.

No era una pasión superficial, efímera o centrada en la propia autocomplacencia.

La vida apasionada de Don Bosco brotaba de una mística y de una ascética.

La mística de descubrir a Dios en esos jóvenes a los que quería con toda su alma; la ascética de renunciar a buscarse a sí mismo y saber relativizar y poner en un lugar secundario, todo aquello que pudiera apartarle de la misión confiada por Dios.

Como en aquel lejano 1835, también nosotros estamos ahora iniciando un nuevo curso en el que queremos situarnos “apasionados por la vida”.

Ciertamente que siempre nos será posible encontrar motivos para la queja, por eso el recuerdo del programa que el joven Bosco compartió con su amigo al inicio de su etapa de seminario, viene a nuestra memoria para hacerlo nuestro en este mes de septiembre: optar por la alegría, por la esperanza, por la ilusión, por una vida que contagia fe y comunión, que se manifiesta amable y cercana y huye de tensiones y problemas, que contagia perdón y paz.

Estar bien, para poder hacer el bien a los demás.

Nos apasiona una vida que es relación, que es encuentro con las personas.

Nos apasiona una vida en la que los jóvenes que habitan nuestras casas, se sientan a gusto, acogidos, queridos, acompañados, con un estilo sencillo y popular.

Una vida compartida en la que se cuiden los pequeños detalles que generan afecto, confianza y clima de familia.

Nos apasiona una Vida que es un regalo de Dios.

Esa Vida abundante anunciada por Jesús, en la que los sencillos son preferidos sobre los orgullosos, en la que el perdón sana las heridas, en la que hay más alegría en dar que en recibir, en la que por muchos que sean los problemas, nada ni nadie nos podrá quitar la paz que Él nos regala.

Bien conocemos la historia de Don Bosco.

Esa alegría a la que invitaba la inscripción del reloj de sol de Chieri, no fue solo una estrategia psicológica para pasar rápido una etapa de la vida.

La alegría en Don Bosco fue expresión y propuesta de santidad juvenil.

En el comienzo de este curso, con sus incertidumbres y esperanzas, queremos mostrar nuestra pasión por la Vida. Hagamos de cada una de nuestras casas un lugar de encuentro y acogida; de amabilidad y alegría.

Cuidemos los detalles para que el Evangelio de Jesús se testimonie a través de la vida de quienes creemos en Él.

Un abrazo.

 

Septiembre de 2021Fernando García Sánchez

Inspector SSM

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Comentarios

1 Comentario

  1. MAITE SERRA

    Septiembre 2021, me ha gustado mucho la frase «Estar bien para poder hacer el bien a los demás», pienso que es muy bueno que nos la apliquemos, para poder ser más felices y que esta felicidad pueda trascender a los demás.

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